
Lo mejor que puede pasar en este mundo gráfico es tener un cliente receptivo y abierto que plantee un proyecto interesante, obvio.
Cuando el Ayuntamiento de Quinto (Zaragoza) comenzó a dar forma a un certamen artístico tan singular, relacionado con la muerte (hay que recordar que ya fue pionero creando el Museo de las Momias de Quinto), nos permitió participar desde el inicio buscando su denominación (naming en este mundo de la publicidad que abusa de los anglicismos).
Al tratarse de un certamen artístico multidisciplinar, queríamos huir de los tópicos de cada materia concreta: pincel, cámara, boli, pluma, libro… y tomamos el concepto que los une a todos, la creatividad, las ideas, el pensar, sumado, como no, a la muerte.
La interpretación, mediante la suma de una bombilla (idea luminosa) + calavera (muerte) evitando caer en lo explícito y añadiendo motivos tipográficos, letras, comillas, flechas y admiración para remarcar de manera simétrica la idea. Todo tratado con cantos redondeados, incluso la tipografía.
Sobre los colores, simplemente 2 para mayor rotundidad; el negro (of course), que al combinarlo con ese amarillo chillón-iluminación de bombilla y por tanto de idea, da un contraste muy alto y a la vez moderno, desdramatizando el concepto de muerte en sí (es el final de la vida… y punto).
Al tratarse de un certamen artístico, enfocar la gráfica del cartel de la I Edición bajo una perspectiva vanguardista encajaba. El tratamiento, el fondo industrial oxidado y vintage más una presentación a gran tamaño del nuevo logo ya que, al ser una marca que se inicia, debe comunicarse a lo grande.
El hecho de contar con una gama tan pura como amarillo, cyan y magenta de una manera tan sólida, desdramatiza y sienta unas bases gráficas para próximas ediciones.
Esa admiración❗️ absolutamente centrada y en línea con la flecha ⬆️ , así como el exceso de simetría de esta calavera con halo de santidad me reconcilian con el arte, con la vida y con el más allá.